
Sermón para la Santa Misa con motivo de la Confirmación.
Sermón para la Misa de Confirmación: Recibir el Espíritu de Poder, Amor y Templanza
Queridos fieles, estimados padres, padrinos, testigos y, sobre todo, ¡vosotros, queridos candidatos a la confirmación!
La ceremonia de hoy es un momento extraordinariamente solemne y alegre para todos nosotros. Hoy os miramos a vosotros, jóvenes, que, preparándoos para recibir el sacramento de la confirmación, dais otro paso consciente en el camino de la fe. Este es un día en el que el Espíritu Santo, el mismo Espíritu que habitó en María, los Apóstoles e innumerables multitudes de santos a lo largo de la historia, viene a fortaleceros, llenaros y prepararos para dar un testimonio aún más pleno de Cristo en el mundo.
¿Qué es la Confirmación y por Qué es Tan Importante?
El sacramento de la confirmación, también llamado sacramento de la madurez cristiana, está indisolublemente ligado al santo bautismo. Si bien el bautismo nos hace renacer a la vida de Dios, haciéndonos hijos de Dios, la confirmación fortalece esta vida, la sella y nos capacita para confesar responsablemente la fe y construir la Iglesia.
La Confirmación es Recibir los Dones del Espíritu Santo
El Espíritu Santo es la tercera Persona de la Santísima Trinidad, Dios presente entre nosotros. Es el Consolador, el Guía, el Dador de vida. En el sacramento de la confirmación recibimos la plenitud de esos siete dones que, como dice la tradición de la Iglesia, son gracias especiales, habilidades que nos permiten vivir de manera que imitemos a Cristo. Estos son:
- Don de Sabiduría – que nos permite ver el mundo con los ojos de Dios, evaluar las cosas y los acontecimientos según la verdad de Dios.
- Don de Entendimiento – que nos ayuda a profundizar en los misterios de la fe, a comprender las verdades reveladas.
- Don de Consejo – que nos sugiere cómo actuar en situaciones concretas, cómo elegir el bien y evitar el mal.
- Don de Fortaleza – que nos fortalece en el bien, nos da valor para superar dificultades, adversidades y peligros, especialmente aquellos relacionados con el testimonio de la fe.
- Don de Ciencia – que nos permite utilizar correctamente los bienes de este mundo, sin apegarnos demasiado a ellos y viéndolos como un camino hacia Dios.
- Don de Piedad – que despierta en nosotros un profundo apego a Dios, un deseo de orar y vivir de acuerdo con Su voluntad.
- Don de Temor de Dios – que no es miedo, sino que nos penetra con un profundo respeto por Dios, una conciencia de Su grandeza y santidad, así como una aversión al pecado.
La Confirmación es un Signo del Santo Crisma
La unción con el santo crisma en la frente por el obispo es un signo visible de esta transformación interior. El crisma, una mezcla de aceite y bálsamo fragante, simboliza la unidad con Cristo, el Ungido de Dios. Esta unción os hace, por así decirlo, "bautizados por segunda vez", pero de una manera más madura, revistiéndoos del Espíritu Santo para la misión de dar testimonio.
Tu Testimonio como Espíritu de Poder, Amor y Templanza
San Pablo Apóstol en su Carta a Timoteo escribe que "no nos ha dado Dios un espíritu de temor, sino de poder, de amor y de templanza" (2 Tim 1,7). Estas palabras son un excelente resumen de los dones que recibís hoy y una guía de cómo debéis vivir.
Poder
El poder del Espíritu Santo no es fuerza física o dominio sobre los demás. Es el poder para oponerse al mal, para perseverar en el bien, para proclamar valientemente el Evangelio con palabras y obras. Es el poder para amar a aquellos que son difíciles de amar, para perdonar, para crear comunidad. ¿Cómo debéis demostrar este poder en vuestra vida?
- A través del valor para vivir de acuerdo con el Evangelio, incluso cuando no es popular.
- A través de la perseverancia en la oración, que es una fuente de fortaleza.
- A través de la participación en la vida de la Iglesia, la comunidad de creyentes.
- A través de la ayuda a los necesitados, a través de la construcción de la justicia y la paz.
Amor
El amor es el corazón del Evangelio. El Espíritu Santo es el Amor que une a Dios y al hombre. Su amor en vosotros debe ser un amor sacrificial, incondicional, que busca el bien del otro. ¿Cómo manifestar este amor?
- En las relaciones diarias con la familia, amigos, compañeros.
- En el respeto por cada persona, independientemente de sus opiniones u origen.
- En la paciencia, la comprensión y la bondad.
- En la disposición a servir, a dedicar el propio tiempo y energía a los demás.
Templanza
La templanza de la que habla Pablo no es solo evitar el alcohol o las drogas. Es sobre todo el dominio de uno mismo, de las propias pasiones, pensamientos, palabras y acciones. Es la capacidad de distinguir entre el bien y el mal, entre lo que es transitorio y lo que es eterno.
- Aprended a controlar vuestras emociones, la ira, la envidia.
- Formad vuestros pensamientos, cuidando la pureza y la bondad.
- Sed prudentes en las elecciones, escuchando la voz de la conciencia y las enseñanzas de la Iglesia.
- Evitad las actitudes egoístas, centradas solo en uno mismo.
Vuestra Responsabilidad como Confirmados
La confirmación no es solo recibir dones, sino también asumir responsabilidad. El Espíritu Santo os capacita para convertiros en testigos de Cristo en el mundo. Es una llamada a participar activamente en la misión de la Iglesia.
¿Qué significa ser testigo de Cristo?
Ser testigo de Cristo es, ante todo, vivir el Evangelio. Vuestra vida, vuestras actitudes, vuestras elecciones, son el mensaje más poderoso. Es mostrar a los demás que la fe en Jesucristo da sentido, alegría y esperanza a la vida.
Hoy, al recibir esta santa unción, recordad que el Espíritu Santo está presente en vosotros. No es un poder que actúa por sí solo, sin vuestra participación. Necesita vuestra apertura, vuestra oración, vuestro esfuerzo.
Consejos para los Candidatos:
- Pedid constantemente el Espíritu Santo. Que la oración diaria sea un espacio de encuentro con Él.
- Escuchad Sus inspiraciones. El Espíritu Santo nos habla a través de las Sagradas Escrituras, a través de las enseñanzas de la Iglesia, a través de la voz de la conciencia, a través de las personas que pone en nuestro camino.
- Actuad en el poder del Espíritu. Participad en la vida de la parroquia, en el apostolado, en el servicio al prójimo.
- No tengáis miedo de llamaros cristianos. Estad orgullosos de vuestra fe y dispuestos a confesarla.
- Recordad a vuestros padres y padrinos. Su fe fue el fundamento de vuestra preparación. Dadles las gracias y pedidles que sigan apoyándoos.
- Apoyaos mutuamente como hermanos y hermanas en Cristo.
Conclusión
¡Queridos candidatos! Hoy es vuestro gran día. Recibís el Espíritu Santo, que os capacita para la plenitud de la vida cristiana. Que el poder, el amor y la templanza de este Espíritu penetren vuestros corazones, mentes y acciones.
Que el ejemplo de la Madre de Dios, que llena del Espíritu Santo recorrió los caminos de la fe, sea una inspiración para vosotros. Que os apoyen las oraciones de vuestros seres queridos y de toda la Iglesia.
Que el Espíritu Santo, que hoy desciende sobre vosotros de manera especial, os fortalezca, os guíe y os santifique, para que seáis testigos verdaderos y valientes de Cristo en el mundo. Amén.
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